El pasado 17 de agosto, se aprobó la ley sobre la transición energética para un crecimiento sostenible, que permite a los diferentes municipios de Francia establecer zonas de uso restringido al tráfico. La medida que ha sido tomada por el Gobierno francés con el fin de paliar la contaminación que vive el centro de las principales ciudades del país, afecta a todos los vehículos (motos y coches) matriculados antes del año 2.000, por considerarse que son más contaminantes que los vehículos actuales.

Sin embargo en la manifestación del 10 de octubre, los motociclistas franceses protestarán por lo que consideran una medida injusta, discriminatoria, y antisocial. Una medida con la que perjudica a los ciudadanos con menores ingresos que no pueden renovar sus vehículos ni acceder a otros tipos de transporte, y que elimina la contribución a la reducción de los atascos que solo permite el circular en motocicleta.

Prohibir las motocicletas en ciudad no tiene sentido dada la pequeña participación de estas en la contaminación del aire urbano y teniendo en cuenta que este modo de transporte contribuye a la fluidez del tráfico y optimiza el espacio urbano dedicado a aparcamiento. Esta opinión es compartida por el Parlamento Europeo, que ha recordado recientemente el interés en centrarse en las motocicletas para el desarrollo de la movilidad sostenible de las grandes urbes.

Por todo ello, y bajo el lema “¡Las motocicletas son la solución a la contaminación!”, la manifestación partirá el próximo 10 de octubre desde diferentes puntos de Francia tomando todas las carreteras camino de París.

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