El problema no está en los sanos porcentajes de incremento en las matriculaciones que vemos desde 2014, el problema radica en la auténtica debacle vivida entre 2008 y 2013, cuando el volumen total de matriculaciones pasó de cerca de 300.000 a poco más de 100.000.
"Las casi 100.000 motocicletas matriculadas entre enero y agosto son un síntoma de la recuperación del sector, que crece en torno al 10%", señala José María Riaño, secretario general de ANESDOR, la patronal de las dos ruedas. Cifras de crecimiento de dos dígitos y mínimos que batimos a falta de cuatro meses para finalizar el año, que, sin embargo, no esconden que el nivel de crucero del mercado español es de 250.000 unidades al año.
Hay que recordar a la Administración que Barcelona es la ciudad europea con mayor proporción de moto por habitante, o que España es uno de los cinco principales mercados de la industria de la moto en Europa, junto con Italia, Alemania, Francia y Reino Unido, o que tiene uno de los parque móviles más grandes, solo por detrás de Italia y Alemania.
No de extrañar por tanto que la industria auxiliar y de componentes sea tan importante en nuestro país. El sector de la moto en su conjunto da empleo a 156.000 personas en Europa, de los cuales 36.000 son italianos, 24.000 españoles y 23.000 alemanes. Y ello a pesar de que en España a penas se fabrican modelos, solo 9.700 (2014) frente a los 225.000 de Italia.
A pesar de la contundencia de los datos, España es uno de los países de la UE donde la motocicleta soporta mayor carga fiscal, “hasta un 40% en el primer año de matriculación” señala José María Riaño. Esto no ayuda a incentivar el dinamismo del mercado.